
Portada del libro "La maestra de Sócrates", de Laura Más. Foto cedida por Espasa
Laura Más recupera a Diotima de Mantinea, “La maestra de Sócrates”
La periodista y escritora Laura Más (Gran Canaria, 1989) ha querido rescatar en su libro “La maestra de Sócrates” a una de las mujeres silenciadas por la historia, Diotima de Mantinea, una sacerdotista griega del siglo V a. C., una representante de la filosofía en una época patriarcal y de la que se sabe poco porque apenas hay referencias sobre su vida, real o misteriosa. Lo más importante sobre ella es que es considerada la creadora del concepto de amor platónico.
A Diotima se la menciona en‘El banquete’ de Platón, donde Sócrates narra cómo ésta le enseñó la “filosofía del amor” y su deseo de inmortalidad, su pensamiento y transcendencia como una forma de conocimiento divino, más allá de lo físico.
De esta misteriosa Diotima de Mantinea, la filósofa española María Zambrano (1907-1991) escribió un maravilloso ensayo donde se cruza su razón poética, poesía y pensamiento.
Aparece en ‘El banquete’ de Platón
P.- ¿Quién fue Diotima de Mantinea?
R.- Diotima fue una sacerdotisa procedente de la polis griega de Mantinea que, en el año 440 a.C., recibió un encargo de Pericles. El político ateniense temía que su ciudad sufriese la peste y acudió a ella para que realizase un sacrificio a los dioses. De hecho, según relata Sócrates en ‘El banquete’ de Platón, Diotima logró aplazar la plaga, que acabó sacudiendo a Atenas al cabo de diez años.
Precisamente, los diálogos de ‘El banquete’ nos indican que la sacerdotisa le reveló a Sócrates los misterios de Eros, mostrándole el camino hacia el amor verdadero. Sus ideas sentaron las bases del concepto de amor platónico, que, en términos filosóficos, defiende la búsqueda de la belleza por encima de la pasión física.
Diotima es una de las muchas mujeres silenciadas a lo largo de la historia
P.- ¿Cómo llegó usted a ella?
R.- Descubrí su figura gracias a unas clases de filosofía a las que acudí en la librería Laie de Barcelona. Allí, la profesora Rosa Rius mencionó que Sócrates tuvo una maestra, lo cual despertó toda mi atención y me llevó a investigar sobre el tema. La vida es tan incierta como fascinante y aquella clase, de manera inesperada, sembró la semilla de mi novela. Siempre le estaré agradecida a Rosa por ello.
P.- ¿Por qué cree que se sabe tan poco de ella, incluso si fue o no un personaje real?
R.- En la antigua Grecia no estaban preparados para aceptar que una mujer fuese brillante y, mucho menos, que hubiese enseñado al mismísimo Sócrates. Ya resulta sorprendente que Platón la diese a conocer y la ensalzase en ‘El banquete’ si tenemos en cuenta lo mucho que marginaban los atenienses a sus esposas. Éstas vivían apartadas del ámbito público y prácticamente carecían de derechos.
Diotima es una de las muchas mujeres silenciadas a lo largo de la historia y ese fue uno de los principales motivos que me impulsaron a escribir sobre ella. Afortunadamente, los tiempos están cambiando, pero sigue siendo necesario que rescatemos del olvido a mujeres que, como ella, hicieron grandes aportaciones en sus respectivos campos de trabajo.
“Su existencia ha generado mucha controversia”
Su existencia ha generado mucha controversia, pues hay quienes dicen que, al no tener datos biográficos, no se trata de un personaje real. Otros, en cambio, defienden a una Diotima de carne y hueso: todas las personas que aparecen en los simposios de Platón lo fueron, ¿por qué iba a hacer una excepción el filósofo en su caso?
A ella le debemos el concepto de amor platónico
P.- ¿Qué representa esta mujer en la historia y para la cultura patriarcal?
R.- Diotima representa el surgimiento de una voz femenina en un mundo dominado por hombres. Gracias a su sabiduría, la sacerdotisa consigue elevar su discurso en un simposio plenamente masculino en el que se debate acerca de la naturaleza del amor. A pesar del interrogante existencial, hay que tener en cuenta el gran papel que desempeñó en los orígenes de la filosofía occidental. A ella le debemos el concepto de amor platónico, aunque popularmente su uso derive hacia otro terreno en la actualidad. Sin embargo, a través de un artículo pude comprobar que algunos autores la atacaron injustamente. El filósofo estadounidense Alan Bloom, por ejemplo, dijo que “Diotima es un mito sin consecuencias”, pero ya sabemos que algunos hombres siempre se han empeñado en dilapidar nuestros logros.
Servidora de Apolo, el dios del sol y la belleza
P.- ¿Cómo ha sido la reconstrucción del personaje en “La maestra de Sócrates” (Espasa) y de esos otros muchos interesantes personajes históricos que poblaban ese momento? ¿Hay mucha documentación histórica?
R.- Perfilar a Diotima fue muy estimulante a nivel literario porque la poca información de la que disponía me permitió dotarla de una vida y características que son fruto de mi imaginación. La reconstrucción de otros personajes de los que sí se ha probado su existencia supuso todo un reto y requirió la lectura de varias biografías. Confieso que le cogí mucho cariño a Sócrates, ya que algunos escritos sobre él me permitieron descubrir a un hombre dicharachero y con sentido del humor que se pasaba el día conversando en el ágora.
La documentación histórica previa a la escritura fue considerable, ya que tuve que conocer cómo era el día a día de los atenienses, así como indagar en su pensamiento y religión. El culto a los dioses estaba muy presente en sus vidas y así lo he plasmado en mi obra, especialmente teniendo en cuenta que mi protagonista fue una servidora de Apolo, el dios del sol y la belleza.