
Momento del rodaje del largometraje "Un novio para mi mujer", de la cineasta Laura Mañá (d). EFE/Arcadia Motion Pictures
Laura Mañá retrata sin tópicos a una mujer empoderada de 40 años en su nueva comedia
Laura Mañá se aleja de los tópicos en la nueva comedia que rueda en Barcelona, “Un novio para mi mujer”, protagonizada por “una mujer autónoma y carismática que no necesita a nadie a su lado”, a quien Belén Cuesta da vida, acompañada por los actores Diego Martín, “un hombre timorato”, y Hugo Silva, un galán “que tiene que aprender a envejecer”.
“Un novio para mi mujer” es una adaptación de la exitosa película argentina del mismo título, pero, según ha explicado la directora en una entrevista con Efe, “nos hemos alejado bastante del original porque necesitaba hacer mía la historia”.
Uno de los aspectos de la obra que Mañá ha trabajado con más interés es el personaje protagonista femenino, “una mujer empoderada”.
“Huir de los tópicos y de los lugares comunes”
“Me gustan los personajes de mujeres fuertes, que no necesitan depender de los hombres, porque creo que las mujeres somos así”, ha dicho la directora de películas como “Te quiero, imbécil” y “Sexo por compasión”.
Otro aspecto en el que Mañá ha puesto énfasis es en la importancia de “huir de los tópicos y de los lugares comunes”, algo difícil de esquivar en una comedia como esta, que narra la historia de una pareja en crisis.
“No quería retratar al típico hombre que quiere separase para poder ir a ver el fútbol con los amigos. No me quiero reír de los hombres tontos”, ha agregado.
Una afirmación que corrobora Diego Martín, quien cree que Mañá “ha fortalecido los personajes, llenándolos de matices, sin blancos y negros ni buenos y malos”.
Más que un triángulo amoroso
El tercer personaje en discordia es el que interpreta Hugo Silva, un afamado conquistador en horas bajas que accede a seducir a la protagonista por encargo del marido, incapaz de romper por sí mismo una relación que claramente está acabada.
A pesar del triángulo amoroso que plantea el argumento, “no es una comedia romántica -ha aclarado Mañá- sino la historia de tres personajes que se reencuentran con ellos mismos y con sus viejos sueños incumplidos”.
Todo ello en “una Barcelona muy bonita, pero no de postal, que he rodado con cariño porque quiero que el espectador sienta el deseo de vivir dentro de esa ciudad en la que viven los personajes, de vivir dentro de la película”.
El rodaje, que se ha desarrollado casi íntegramente en Barcelona, excepto alguna secuencia en el puerto de Sitges, está a punto de finalizar y “ha fluido de una manera muy agradable, a pesar de las medidas anticovid, a las que ya casi nos estamos acostumbrando”, según Diego Martín.
“Es importante que a los actores les guste la película para que estén a gusto y saquen lo mejor de ellos mismos”, ha indicado la directora, quien ha elogiado la vis cómica de los tres protagonistas.
Reconocer a cómicas y directoras, un ejercicio pendiente
“Resulta más difícil encontrar actrices dotadas para la comedia que actores porque venimos de una tradición en la que hay pocos papeles cómicos para mujeres. A ellas se les ofrece sobre todo papeles de mujeres jóvenes y guapas“, ha afirmado.
Por eso, se siente orgullosa de haber podido ofrecer a Belén Cuesta “una película en la que la protagonista es una mujer fuerte de 40 años”.
Las mujeres fuertes son una constante en el cine de Mañá, que, además de las numerosas comedias que ha dirigido, ha realizado películas biográficas sobre personajes como Clara Campoamor o Federica Montseny.
“Es importante que la gente joven vea en la pantalla referentes que les demuestren que una mujer puede ser líder, puede ser ministra o puede ser directora de un banco”, ha subrayado.
Como ella misma, una de las pocas mujeres realizadoras de su generación, que hace más de quince años que no trabaja como actriz, solo como directora, pero que “muchos prefieren seguir llamando ‘la actriz Laura Mañá’ porque parece que ‘la directora Laura Mañá’ sigue sin encajarles”.