
EFE/Muhammad Sadiq
La opresión de las mujeres afganas a manos de los talibanes
La opresión contra las mujeres en Afganistán por parte de los talibanes no se ha erradicado, según asevera Human Rights Watch (HRW) en su último informe.
Dicho documento contradice las recientes declaraciones del grupo radical que asegura que hay “una flexibilización de algunos de su postulados rigoristas y la abolición de sus duras regulaciones”.
Para contrastar esta información HRW realizó 138 entrevistas a maestros, ancianos, estudiantes, miembros de la comunidad y talibanes en las provincias de Kunduz, Wardak y Helmand entre enero de 2019 y abril de 2020.
La educación de las niñas
Aunque los talibanes aseguran que “ya no se oponen” a la educación de las niñas, en el terreno “muy pocos realmente permiten que asistan a la escuela después de la pubertad”, mientras que “otros no lo permiten en absoluto”, indica el informe.
Por su parte, en los distritos de Kunduz los talibanes han permitido que funcionen las escuelas para niñas, mientras que en las áreas que controlan en el sur de Helmand no hay escuelas para niñas, y han implementado el pago de “impuestos” a quienes enseñen en las de regiones vecinas.
Sin justicia ni libertad
Según la HRW, las mujeres y niñas que son víctimas de violencia doméstica no reciben “ni siquiera la posibilidad limitada de justicia” en los tribunales dirigidos por los talibanes, a diferencia de lo que sucede en los tribunas estatales.
Con respecto a la libertad de expresión, el informe denuncia que los medios de comunicación solo pueden ingresar en las áreas controladas por los talibanes siempre que consigan su permiso explícito.
Además, “los comandantes talibanes han amenazado y atacado a periodistas por informes críticos”, sostuvo.
Se identificó también que los talibanes prohíben en algunos distritos el uso de la televisión y de teléfonos inteligentes y los residentes que pueden hacer uso de ellos lo hacen de manera clandestina.
Vicio y virtud
En los distritos bajo control talibán siguen actuando los controles de “moralidad” impuestos a partir de 1996, cuando el grupo radical tomó el poder en Afganistán y estableció una “policía contra el vicio y por la virtud”.
“Los talibanes vigilan la adhesión de los residentes a sus normas sobre vestimenta, longitud de la barba, o asistencia de los hombres a las oraciones de los viernes”, asegura HRW.
Se conoce también que en las comunidades bajo control talibán está prohibido el contacto con el Gobierno de Afganistán.
Las acusaciones de la organización internacional denuncian una brecha entre las declaraciones oficiales de los talibanes sobre los derechos y las posiciones restrictivas adoptadas por estos sobre el terreno.
Según HRW, los talibanes están lejos de un consenso interno sobre sus propias políticas, de manera que “alcanzar un acuerdo sobre las disposiciones de derechos humanos en un acuerdo de paz (con el Gobierno afgano) no necesariamente dará como resultado su implementación a nivel local”.
El rechazo de los talibanes
“Esto está completamente equivocado y rechazamos este informe. Human Rights Watch prepara dichos informes solo para propaganda y trata de difamar al Emirato Islámico (como se autodenominan los talibanes)”, dijo a Efe el portavoz talibán Zabihullah Mujahid.
Refiriéndose a las acusaciones sobre el derecho a la educación, el portavoz aseguró que aunque están en guerra, han hecho “todo lo posible” para mantener las escuelas abiertas.
“En absoluto, no prohibimos las escuelas de niñas”, aseveró el portavoz, que negó además todas las acusaciones relacionadas con la libertad de expresión o comunicación y aseguró que que “nunca” se han prohibido.
Se espera que en las próximas semanas representantes del Gobierno de Afganistán y los talibanes celebren en Doha su primera reunión directa con la intención de comenzar un proceso de paz.
Ambas partes tratarán sobre los derechos de las mujeres, la libertad de expresión y otros valores sociales y democráticos que los afganos ganaron desde 2002 después que los talibanes fueran expulsados del poder.