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El Museo Guggenheim Bilbao acoge la primera exposición retrospectiva de Alice Neel en España
El centenar de retratos, pinturas, dibujos y acuarelas de la artista estadounidense Alice Neel será expuesto por primera vez en España, en el Museo Guggenheim Bilbao, con una gran exposición retrospectiva.
La muestra, que permanecerá abierta del 17 de septiembre de este año al 6 de febrero de 2022, abarca siete décadas de creación y pone de relieve tanto el enfoque humanista de su obra como las particulares cualidades plásticas de la pintura de Alice Neel (Pensilvania, 1900–Nueva York, 1984), una de las artistas más radicales del siglo XX.
Obra combativa y comprometida
Comunista, feminista, gran defensora de la justicia social, del humanismo y de la dignidad de las personas, vivió en Nueva York los turbulentos acontecimientos de la primera mitad del siglo XX, entre ellos la Gran Depresión, las sucesivas guerras, el ascenso del comunismo y los movimientos feministas y de los derechos civiles, eventos históricos que se reflejan en su obra de las más diversas maneras.
Pese a ser una comunista convencida, Neel defendió en 1950 que, para ella, “las personas son lo primero”, por lo que trató de “afirmar la dignidad y la importancia eterna del ser humano”, y puso estos principios humanistas por encima de su ideología a lo largo de su obra.
Esta defensa de la dignidad y humanidad de las personas, le llevó a rechazar, por considerarlo “inhumano”, el movimiento de expresionismo abstracto que se impuso en el Nueva York de la segunda mitad del siglo XX y a mantenerse fiel a su estilo figurativo, aunque su opinión sobre este género evolucionó a lo largo de su trayectoria artística y acabó haciendo alguna incursión esporádica en el mismo, como se refleja en la obra titulada “Addiction”.
Retratos expresivos
La exposición, presentada en Bilbao por el director del centro museístico bilbaíno, Juan Ignacio Vidarte, acoge docenas de los retratos más expresivos de Neel, celebrados hoy en día por su perspicacia psicológica.
Neel se sintió atraída por las personas que superaran los límites sociales, políticos y culturales, y se centró en las características únicas de sus modelos, cuidando cada elemento de la composición para destacar tanto sus personalidades como sus excentricidades, gracias a lo cual sus retratos logran evidenciar el contexto social, económico y político al que pertenece su protagonista, e incluso captar con nitidez el espíritu de su tiempo.
Uno de los retratos de la exposición que más llama la atención por su condición de inacabado es “Recluta negro. Black Draftee (James Hunter)”, de 1965, en el que sólo aparece acabada la cara, la cabeza y las manos del joven, mientras que el resto de su cuerpo es un boceto delineado de su figura.
El recorrido de la muestra comienza por algunas de sus primeras obras, como son “Chica francesa” (French Girl, 1920), realizada probablemente durante su estancia en la Escuela de Diseño para Mujeres de Filadelfia, y el retrato de Carlos Enríquez (1926), una obra de pincelada suelta que se exhibió en 1927 en La Habana (Cuba), donde vivió hasta finales de los años 20, cuando se traslada a Nueva York.
Sufrimiento, fuerza y resistencia
A partir de 1938 y hasta 1962, Alice Neel y su familia viven en la parte hispana del deprimido y empobrecido barrio de Harlem, donde la artista capturó con su pincel el alma de sus vecinos, una población étnicamente diversa y desfavorecida que hasta entonces rara vez había sido sujeto artístico.
Allí, Alice Neel documenta en su obra escenas de sufrimiento, pero también de fuerza y resistencia.
La desnudez y el sexo como parte inseparable de la condición humana son otros dos de los temas centrales de su obra, en la que subvierte el habitual tratamiento que se da a este género a lo largo de la historia del arte, donde a las mujeres se las retrata como un mero objeto erótico.
Por un lado, sus desnudos masculinos, realizados con ingenio, se enfrentan de forma lúdica a las convenciones sociales del erotismo que a menudo se ven en la representación de la figura femenina.
Por otro, la gran atención que dedica Neel a los desnudos de mujeres embarazadas no tiene precedentes, especialmente en una época cuya cultura visual a menudo edulcora o beatifica el tema.
Uno de los mayores logros como artista de Alice Neel en su carrera es la libertad y franqueza a la hora de abordar el sexo y su propia sexualidad como mujer, a través de delicadas acuarelas, como “Alienación” (Alienation, 1935), en la que la artista se presenta junto a su amante, desnuda sobre la cama.
La muestra, comisariada por Kelly Baum y Randall Griffey, cuenta con la colaboración de Lucía Agirre, curator del Museo Guggenheim Bilbao, y el patrocinio de Iberdrola.