
Elementos que forman parte de la exposición "Otr+s futur+s son posibles". Cortesía
Una exposición pone en el centro la construcción de la memoria con enfoque de género y diversidad
Aportar a la construcción de la memoria con un enfoque de género y de diversidades y desde distintas partes de Colombia es el objetivo de la exposición “Otr+s futur+s son posibles”, que está abierta al público hasta el 5 de mayo en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación de Bogotá.
La muestra es el resultado de un proceso de recolección de las experiencias de cerca de 80 mujeres y personas LGBTIQ+ de cuatro territorios del país (Putumayo, Chocó, Buenaventura y Cauca) que, por medio de la acción ritual, se preguntaron qué significa para ellas el enfoque de género y, a través de su cuerpo, han recogido la memoria colectiva de sus regiones.
“Son territorios que históricamente han sido muy golpeados por el conflicto armado y el objetivo principal del proceso fue poder resignificar qué significaba construir memoria. Es decir, qué significa construir memoria para las mujeres, para la comunidad LGBTI, qué significa construir memoria con esa mirada de las mujeres y de las personas diversas que han tenido unas afectaciones diferenciadas en el conflicto armado, pero también en la cotidianidad”, cuenta a Efeminista Susana Mejía, quien es parte de la Red Nacional de Mujeres, que en alianza con Colombia Diversa y Naciones Unidas lideraron el proyecto.
Mejía cuenta que todo empezó en 2022, con unos “Laboratorios de la memoria”, en los que se reunieron feministas, activistas, mujeres que hacen parte del movimiento social de mujeres de estos territorios, artistas LGBTI y personas que han trabajado alrededor de la construcción de paz y de la construcción de memoria para reflexionar y hacer esta resignificación de ese concepto de memoria.
Y tras días de reflexiones y rituales se gestaron varios elementos que ahora forman parte de la exposición.
La memoria con enfoque de género y diversidad
Mejía explica que esta exposición es muy importante para las comunidades que la han construido porque el relato de la guerra, de la construcción de la memoria y los procesos de construcción de paz “están masculinizados porque los actores son los mismos hombres que han participado en la guerra”.
“La idea de poder construir o resignificar ese concepto de memoria es que se tenga en cuenta los relatos, las visiones y las vivencias de todas estas personas. El futuro en Colombia se piensa mucho hacia la construcción de un país en paz, lo que no implica solo dejar las armas, sino que sea una futura incluyente, con igualdad de condiciones y con derechos para todos y todas”, afirma la también comunicadora.
Además, también busca que se tenga en cuenta las afectaciones, pero también la necesidades, las apuestas y el trabajo que las mujeres, las personas LGBTI, las negras, las afro y las campesinas están haciendo. “En la manera en que se construye memoria inclusiva también se construye un futuro inclusivo”, agrega.
Julieth Morales, indígena Misak de Cauca, explica que en las comunidades indígenas “siempre se piensa que el pasado está al frente, está adelante en nosotros”, por lo que este proceso ayudó a la reflexión sobre los saberes que se han perdido y las transformaciones que ha habido en las comunidades por los desplazamientos forzados a causa del conflicto armado.
“Usamos un anaco como un objeto simbólico para nosotras. Es un tejido que hacen las mujeres y que recoge la memoria de las mujeres de un lugar específico y que habla del territorio. Pusimos ese tejido enfrente de las jóvenes que no tejemos, pues era necesario pensar de qué otra manera se puede pensar el tejido, no necesariamente desde continuar ese mismo tejido, sino desde el destejido, desde la transformación y desde la misma deformación de ese tejido”, señala.
“Otr+s futur+s son posibles” en Colombia
En esta exposición se encuentran cuatro altares que muestran las historias y los hallazgos de cada uno de los laboratorios de memoria. Cada laboratorio lleva un título diferente.
Desde el laboratorio de Cauca, por ejemplo, se presenta el “Tapiz Covida”, una composición formada por 58 piezas tejidas individualmente en crochet por distintas mujeres, que representa el arcoíris, la vida, la fuerza y la resistencia.
Morales señala que es vital que otros territorios de Colombia puedan ver y entender por medio de esta muestra qué lo que sucede en sus comunidades.
“Es importante tener la posibilidad de que se cuente que estamos buscando otra forma de cuidar nuestro cuerpo, de darle significación, de darle dignidad. Tener la posibilidad de que esta exposición se muestre acá (en Bogotá) abre la posibilidad a otros para que también se incluyan, para que también piensen su propia forma de hacer resistencia. Yo creo que es importante que esto se vaya moviendo, que no solo se quede en nuestro territorio donde todos ya nos conocemos nuestros dolores, sino que pueda conocerse en otros lugares”, concluye.