Espido Freire historia mujeres

Portada del libro "La historia de la mujer en 100 objetos" de Espido Freire. Cortesía: La Esfera de los Libros

Espido Freire muestra la herencia histórica de las mujeres en 100 objetos

Cristina Bazán | Guayaquil - 5 abril, 2023

Las primeras herramientas de las parteras, la túnica de seda, los cántaros de agua, el tenedor y la cuchara, la receta de cocina o la vacuna de la viruela son algunos de los objetos con los que la escritora española Espido Freire hace un recorrido por la herencia histórica de las mujeres por medio de su libro “La historia de la mujer en 100 objetos”.

En una entrevista con Efeminista, Freire explica que muchos de ellos fueron creados por las mujeres a lo largo de la historia debido a su rol de cuidadoras y madres, pero hay otros que se inventaron para ellas, con el objetivo de someterlas: el canon de belleza, la cuchilla de la ablación, el cinturón de castidad, la sábana de la noche de bodas o la argolla de la esclava.

“Por supuesto que las argollas también oprimían a los esclavos varones, pero existía un matiz en las esclavas mujeres y niñas y ese matiz ha tenido que ver con la biología y ha tenido que ver con su capacidad reproductiva y ha tenido que ver también con el uso sexual en muchos casos utilitario y con el reparto de tareas”, afirma la autora.

Y es que, pese a que algunas mujeres fueron las artífices y creadoras de objetos o situaciones que han marcado el rumbo de la sociedad, su papel y sus logros en la historia han estado invisibilizados. Espido Freire ha rescatado muchos nombres de mujeres que se encontraban detrás de algunos objetos cotidianos.

No sabemos muy bien en qué momento lo femenino pasó a ser en cierta medida secundario porque ese proceso se dio en distintos momentos y no ha sido regular, sí que ha sido homogéneo, sí que se ha prolongado durante milenios así”, explica Freire.

La historia de las mujeres en 100 objetos

En el libro (La Esfera de los Libros, 2023), Freire hace un recorrido desde los objetos o situaciones que datan de 3,2 millones de años antes de Cristo, con la pelvis de una mujer encontrada por paleontólogos, hasta los años noventa, con el cuchillo con el que la ecuatoriana Lorena Bobbitt cortó el pene de su esposo después de que éste la violara.

Un trayecto que muestra cómo los estereotipos de género han permanecido en la sociedad desde siempre y han contribuido a exacerbar la desigualdad que afecta desproporcionadamente a las mujeres.

Sin embargo, la autora afirma que no ha querido ahondar solo “en los hechos trágicos”, aunque -admite- las personas que lo leen se quedan con “un sabor agridulce del esfuerzo, del sacrificio, de la falta de reconocimiento y de aquello con lo que nos han dicho que debiéramos estar ya satisfechas las mujeres”.

“Pensemos en el espejo, por supuesto que es un objeto que denotaba poder, pero la presencia del espejo ha tenido un peso, posiblemente por lo metafórico, mucho mayor en las mujeres y también en los relatos de mujeres. Es raro encontrarnos una historia, un relato, un cuento en el que haya un niño y un espejo. Sin embargo con una niña y un espejo tenemos desde Alicia a través del espejo, al cuento de la hija del pescador que es capaz de hablar con su madre a través de un espejo, tenemos a Blancanieves y su madrastra. Tenemos múltiples fábulas acerca de la vanidad”, señala.

La elección de los objetos

La elección de los objetos no fue un trabajo fácil, recuerda la escritora. “Había muchas cosas que tenía ya muy claro que quería incluir porque son curiosidades u obsesiones personales que me han acompañado durante mucho tiempo. Había algunos temas que me llevaban a otros, pero en el listado inicial tuve que descartar muchos, porque eran muy similares o porque no aportaban en terrenos diferentes aquello que yo quería mostrar”.

Algunas de esas obsesiones llegaron a su vida en la adolescencia tras darse cuenta de que “la realidad de las mujeres era muy diferente a la de los hombres, aunque la compartiéramos”.

Freire recuerda que ella estudió en colegio femenino y que vivió siempre en entornos femeninos en los que la posibilidad de expresarse o de moverse con absoluta libertad estaba garantizada. Y que cuando se involucró en entornos masculinos tampoco se había percatado de la desigualdad.“Cuando entré en contacto con otras realidades me di cuenta de que mi caso era una excepción”.

“Y que durante siglos, por un silenciamiento constante o por lo que se consideraba más o menos correcto, había mujeres que ocultaban su talento o su presencia o que callaban o que permitían que su trabajo fuera firmado por varones. Es decir, para mí el tener un espacio y una voz en el mundo era algo natural, cuando descubrí que eso no era lo normal fue uno de los grandes shocks de mi adolescencia”, menciona.

Desde ese momento empezó a leer más a mujeres y a tratar, por medio de su trabajo de escritora, poner eso de manifiesto, rescatar y dar visibilidad a voces y a miradas diferentes. “Algunas de esas voces también son masculinas, pero se han dirigido hacia el mundo de lo femenino o incluso de lo masculino de una manera distinta, menos convencional o menos arquetípica”, aclara.

Convertir la ausencia en presencia

Espido Freire cree que la sociedad va en una “dirección correcta” para transformar la ausencia de las mujeres a lo largo de la historia en presencia.

“No sé si esto durará o involucionará, porque tiene mucho que ver con corrientes políticas y de pensamiento y nos encontramos con una oposición muy importante, no solamente hacia los derechos de las mujeres, hacia los derechos de las minorías, sino también con un cierto hartazgo por parte de un grupo de la población que considera que las mujeres ya tenemos suficiente, que por qué queremos más”, afirma.

Sin embargo, cree también que de estos cuestionamientos solo “podremos salir beneficiados”. “No tenemos todos ni todas por qué pensar a la vez ni lo mismo, pero el debate siempre es bueno y yo en este sentido soy una optimista imparable, creo que hay determinadas cuestiones que sería complicado que tuvieran vuelta atrás sobre todo porque la conciencia de lo adquirido y de lo avanzado es ya muy grande entre las mujeres y también entre parte de los hombres”.

La autora espera que este libro también pueda ser una herramienta pedagógica y didáctica que puedan utilizar muchos docentes.