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Una mujer contempla la obra de Joan Miro "Pintura sobre fons blanc per a la cel.la d,un solitari III". EFE/ Andreu Dalmau.

La autoexigencia de la mujer afecta a su autoestima

Ana Soteras - 23 diciembre, 2018

“El nivel de autoexigencia de la mujer en todas las áreas de la vida es infinita, es una salvajada, y eso afecta a su autoestima. Los hombres, en cambio, se exigen menos y se perdonan más, por eso su autoestima suele ser más alta”, asegura la psicóloga María Jesús Álava Reyes en una entrevista con Efeminista.

Álava Reyes, que fue elegida como una de las “Top 100 Mujeres Líderes en España” en los años 2012 y 2017, analiza en su nuevo libro “Lo mejor de tu vida eres tú” (Ed. La Esfera de los Libros) cómo controlar las emociones y tomar las riendas de nuestra vida potenciando la confianza en uno mismo.

Exigencia en todo

La educación, que discrimina respecto al nivel de exigencia, y el papel de la mujer en la sociedad han provocado que hoy en día ellas se exijan al máximo en todos los ámbitos: como madres, como hijas, como parejas, como profesionales, como amigas…

Las mujeres de hoy son más infelices que los hombres y encima les cuesta perdonarse más, según recientes estudios

“Es muy difícil sentirte bien en todas la áreas de tu vida y eso hace que la autoestima se resienta”, apunta la directora del centro de psicología Álava Reyes quien alude a recientes estudios en los que se comprobó que las mujeres de hoy son más infelices que los hombres y que encima les cuesta perdonarse más.

Para la mujer la vida gira entorno a la afectividad. “Afectividad con la pareja, con los hijos, con los amigos…y es tan importante que cualquier dificultad nos hace mella”.

Hombres, autoestima y éxito profesional

La autoestima en los hombres suele ser más alta que en las mujeres por una razón que María Jesús Álava ve con claridad: “Porque se exigen menos y se perdonan más”.

“Pero también es cierto -precisa- que son más vulnerables que las mujeres y su autoestima depende mucho de su éxito profesional y si no lo tienen automáticamente se sienten débiles”.

La psicóloga también destaca que el hombre tiene más dependencia emocional que la mujer “en el sentido de necesitar sentirse queridos y valorados y esto hace que también sean muy susceptibles ante la manipulación”.

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La psicóloga María Jesús Álava Reyes. Foto cedida por la autora

Violencia machista, baja autoestima al extremo

La experta asegura que la violencia machista “es fruto de una educación deficiente que no ha sentado las bases de un hombre adulto maduro, con buenas relaciones sociales y de convivencia”.

Para María Jesús Álava, “cuando una relación se basa en la imposición siempre tienes al lado a una persona profundamente insegura”.

“La intransigencia e inflexibilidad que llega a esos extremos de violencia es siempre insegura, siempre inmadura y con una inestabilidad emocional enorme”, subraya.

En opinión de la psicóloga, el fracaso de la educación está provocando que la violencia machista vaya en aumento “y eso que se supone que hemos preparado mejor a las nuevas generaciones para que defiendan más sus derechos y tengan un mínimo nivel de exigencia, para que no admitan actitudes vejatorias…pero está pasando todo lo contrario”.

Y ahora, una de las grandes violencias empieza a través de las redes sociales, manifiesta.

El feminismo, educación y concienciación

Para María Jesús Álava, el feminismo “debe saber conquistar el relato dentro de la sociedad, no se tiene que ver como una imposición, tiene que ser facilitación, educación y concienciación”.

En opinión de la psicóloga, es necesario “dar recursos a la persona para que sea capaz de enfrentarse a las situaciones. ¿Qué vamos a necesitar más recursos como mujer? Sin duda, porque la sociedad aún es machista”.

La experta en psicología de empresa, clínica y educativa considera que, a nivel profesional, “las mujeres seguimos viendo techos de cristal tremendamente injustos pero que siguen siendo perfectamente asumidos en nuestra sociedad”.

Una sociedad que también se deja llevar por un consumismo “que intenta aprovecharse constantemente de esas diferencias” entre hombres y mujeres, como el culto al cuerpo algo más anidado en niñas y mujeres que en hombres, concluye.