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Personal sanitario del Hospital Clínic de Barcelona. EFE/ Quique García.

Austria pide cuidadoras de otros países, pero en precario

EFE Viena - 8 abril, 2020

La crisis del coronavirus no entiende de clases ni posición social: afecta a todos por igual. El caos sacude hospitales y clínicas, y las calles, en silencio, reciben el aplauso de todo el mundo en apoyo al trabajo de los sanitarios mientras Europa cierra sus barreras para tratar de frenar la pandemia del covid-19.

Unas barreras que, de manera excepcional, Austria se ha visto obligada a abrir para permitir la entrada de cuidadoras procedentes de otros países y reconocer la necesidad de ayuda extranjera.

Austria, sin cuidadoras

Así, para paliar la falta de cuidadoras de su propio país ha permitido la entrada de 230 mujeres procedentes de Rumanía y Bulgaria.

El covid-19 ha sembrado, sin duda, la reflexión alrededor del mundo sobre la importancia de contar con una buena sanidad pública, además de con las infraestructuras necesarias y suficiente personal sanitario, sin importar su procedencia.

Ayuda extranjera con sueldos más bajos

El cierre de fronteras ha generado problemas en muchos sectores y, en el caso de Austria, ha sido en el de los cuidados. Ante al falta de personal, se vio obligada o conceder permisos especiales a 230 mujeres rumanas y búlgaras permisos especiales para paliar la falta de cuidadoras de personas dependientes dentro del país.

Una situación de emergencia que cuestiona el cambio legal aprobado por Austria el pasado año mediante el que se  decidió que las ayudas familiares que reciben los empleados se ajustasen al nivel de vida de su país de origen. De esta manera, los extranjeros reciben ayudas muchos menores que las que perciben los austriacos por hacer el mismo trabajo.

Cuidadoras en Austria: mujeres y extranjeras

La práctica totalidad de los cuidadores de personas dependientes en Austria son extranjeros, especialmente de Eslovaquia, Rumanía, Hungría, Croacia, Bulgaria y Polonia.

Son normalmente mujeres que pasan temporadas en Austria trabajando, muchas internas en casas de personas que necesitan asistencia las 24 horas, y luego regresan a sus países.

El cierre de fronteras provocó que el propio ministro de Sanidad, Rudolf Anschober, advirtiera el pasado viernes que en dos o tres semanas la situación de falta de personal podría llegar a ser “aguda”.

Alternativas ante el COVID-19

El Gobierno austríaco quiere que esas trabajadores reciban permisos especiales para poder moverse entre Austria y sus países, pero al mismo tiempo está buscando alternativas.

Entre ellas está recurrir al personal que trabaja en centros de rehabilitación y cura, buscar personas con formación asistencial actualmente en paro e incluso recurrir a los jóvenes que realizan la prestación social sustitutoria, aunque sólo para tareas logísticas y domésticas, no de atención directa a personas.

El Gobierno ha destinado cien millones de euros extras a estas medidas y ha autorizado el pago de suplementos a las cuidadoras que decidan prolongar sus estancias en Austria.

Una norma discriminatoria según la Comisión Europea

En este contexto, la oposición socialdemócrata ha pedido que el Gobierno anule el cambio legal introducido el año pasado que ajusta el dinero de ayuda familiar que reciben todos los empleados en Austria al nivel de vida de su país de origen.

Ese cambio redujo los importes que reciben unos 130.000 hijos de trabajadores desplazados a Austria desde países como Hungría, Eslovaquia, Polonia o Rumanía. La Comisión Europea abrió un procedimiento de infracción contra Austria al considerar esta norma discriminatoria.