Amina Bouayach: “Primera reivindicación, combatir la violencia contra la mujer”
Amina Bouayach (62 años) es una defensora de los derechos humanos en Marruecos, conocida por su defensa de los derechos de la mujer y de las libertades individuales. Antigua embajadora de Marruecos en Suecia, actualmente, ocupa la presidencia del Consejo Nacional de Derechos Humanos (CNDH), una instancia oficial marroquí de carácter consultivo sobre las cuestiones de derechos humanos en Marruecos, siendo la primera mujer que ocupa este puesto. En esta conversación con Efeminista, comparte sus reivindicaciones para este 8M de 2020, Día Internacional de la Mujer.
¿Cuál es su principal reivindicación en este 8M?
Dos reivindicaciones mayores, la primera es la lucha contra la violencia contra la mujer que no ha tenido todavía el impacto necesario de reducir la violencia de género. Es uno de los sectores o problemas que limitan la liberación de la mujer para emanciparse en la acción pública, y en el sector privado también. La violencia tiene un impacto a nivel privado y a nivel público en cuanto a la participación de las mujeres. Sabemos que la participación de la mujer es muy importante en todos los sectores.
La segunda cuestión es la formación y la educación. Es un ámbito y una herramienta que contribuirá en la reducción de la violencia y conseguirá la autonomía de la mujer, lo que permitirá a una gran mayoría de las mujeres superar esta vacilación y dependencia que sufren.
¿Hay desigualdad o machismo en el ámbito en el que trabaja?
Hay desigualdad, pero machismo no lo siento personalmente, porque soy presidenta del Consejo Nacional de Derechos Humanos (CNDH). Diría que hay todavía desigualdad en cuanto al acceso de las mujeres a los puestos de responsabilidad y en los puestos que dan visibilidad a las mujeres en el espacio público. Puede que haya enormes competencias en las administraciones públicas y en el sector privado, pero el espacio público no da tanta visibilidad para estas mujeres debido a múltiples razones. Por otra parte, diría que la desigualdad se percibe también en la escolaridad de las niñas y los niños, entre el medio urbano y medio rural, y de todo el curso escolar entre primaria y secundaria y superior para las niñas. Es un gran problema.
Otro problema es que hemos trabajado mucho sobre el matrimonio de menores, y es una de las razones de que las niñas se casan a una edad inferior a 18 años porque no van a la escuela y no tienen suficientes medios para decidir sobre sus vidas.