
Madrid, 8-3-1987.- Mujeres se manifiestan para conmemorar el 'Día Internacional de la mujer'.EFE
40 años de cambios “más formales que reales”
Al plasmar la igualdad entre sexos, la Constitución abrió la puerta a un camino de cambios en el papel de la mujer y en el reconocimiento de sus derechos, que, a pesar de ser innegables 40 años después, “han sido más formales que reales” por lo que es necesaria una transformación de la mentalidad social.
Así lo aseguran sociólogas, juristas y políticas que desde las postrimerías del franquismo trabajan en la defensa de los derechos de las mujeres y que creen que aún hay muchas asignaturas pendientes que pasan por “una “educación más igualitaria”, “una mayor presencia en las cúpulas empresariales” o por conseguir que la independencia ganada con el acceso al mundo laboral se traduzca en su bienestar.
Una jurista
“Nos hemos incorporado al trabajo y a la política y los hombres no se han incorporado a lo privado, lo que ha empeorado nuestra forma de vivir”, asegura desde la Asociación de Juristas Themis, su portavoz Altamira Gonzalo, quien apuesta por recuperar “nuestro tiempo de vida y de ocio”.
La socióloga y política
Una opinión que comparte la política y socióloga, Inés Alberdi, para quien las mujeres han peleado por salir del núcleo familiar, por trabajar y tener un sueldo, “pero hace falta que los hombres entren”, ya que constata que “en el reparto entre la vida familiar y la laboral, la situación de hombres y mujeres no es igual”.
La investigadora y profesora
Califican también de insuficiente la presencia de mujeres en las cúpulas empresariales, pues han “ocupado sótanos y primeros pisos, pero no las azoteas”, según la investigadora y profesora del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Ángeles Durán, que, sin embargo, destaca el gran avance de su participación en política.

La investigadora del CSIC María Angeles Durán. EFE
Cree Durán que la Constitución supuso “una revolución” legal, pero urge a acometer los planes presupuestarios necesarios para posibilitar los cambios aprobados desde 1978, cuando la Carta Magna recogió el derecho al divorcio, a la igualdad de los hijos y empezó a sentar las bases de un nuevo ordenamiento jurídico y, además, se despenalizaron los anticonceptivos.
Un hecho que ayudó a potenciar la individualidad y la participación plena en el mercado laboral de la mujer, a juicio de Ángeles Durán, como demuestra la actual tasa de maternidad de 1,3 hijos por mujer.
Consejo de Estado
Destaca este aspecto Amelia Valcarcel, integrante del Consejo de Estado de España, para quien la “caída en picado de la natalidad” es un “fenómeno grave que nos da la medida de lo que las españolas consideran del apoyo estatal que reciben para ser madres”.

Amelia Valcarcel. EFE
A su juicio, “las mujeres en España han cambiado mucho”, pero duda de que los varones lo hayan hecho tanto como ellas y rememora la cosificación de la mujer en los primeros lustros de la democracia con la confusión entre “libertad y tetas”. “Cuando los cines X empezaron a cerrar y las tetas se fueron de los kioskos, nuestra democracia empezó a normalizarse”, subraya.
Inés Alberdi destaca el cambio en la idea de libertad sexual de las mujeres experimentado en estos 40 años, que se va equiparando a la de los hombres, “a los que nunca se le ha discutido”, así como que las jóvenes ahora “salgan, entren o se pongan a vivir con el novio”.
En 1980, el Estatuto de los Trabajadores declaró nula la discriminación en materia de empleo y un año más tarde se modificó la regulación del matrimonio en el Código Civil para determinar el procedimiento a seguir en las causas de nulidad, separación y divorcio.
También se plasmaron reformas legales en relación con los hijos y se empezó a desarrollar una legislación que en 1985 despenalizó el aborto en tres supuestos -riesgo para la salud física o psíquica de la madre, violación y malformación grave del feto-. La Ley del aborto sufrirá dos reformas posteriores en 2010 y 2013.
Aunque insiste en que los avances “han sido más formales que reales”, la portavoz de Themis destaca la modificación del Código Penal de 1980 por introducir “tres cosas muy importantes sobre los delitos que mas frecuentemente afectan a las mujeres”.
Los otrora “delitos contra la honestidad” pasaron a ser contra la libertad sexual; se introdujo el delito de malos tratos habituales así como por el impago de alimentos en caso de separación y divorcio, recuerda Altamira Gonzalo, que equipara la importancia de esa reforma con la que supuso la “Ley de Protección Integral contra la violencia de género” del año 2004.
Violencia machista
Pero advierte de que las cifras de violencia de género siguen siendo “inaceptables” y lamenta la desigualdad que existe dentro de la pareja, que achaca a que “no hemos sido capaces” de diseñar una educación raíz de relaciones igualitarias.
La formación es “la garantía de que los hombres no tomarán a las mujeres como objetos que pueden dominar, controlar o tener a su servicio”, insiste, mientras alerta sobre los peligros de que los jóvenes “hagan normal una sexualidad que aprenden a través de la pornografía y no de una educación afectiva social”.
Con la intención de eliminar las manifestaciones que aún subsisten de discriminación por razón de sexo nació en 2007 la Ley de Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres, que once años después aún sigue esperando su aplicación.
Federación de Mujeres
Por ello, Ana María Pérez del Campo, presidenta de la Federación de Mujeres anima a las mujeres a seguir luchando por sus derechos con el apoyo del “periodismo bien hecho que coloca las cosas en su sitio”.