
En la imagen, la representante de ONU Mujeres en Tegucigalpa, Margarita Bueso. EFE/Gustavo Amador/Archivo
ONU Mujeres pide acabar con la impunidad de la violencia machista en Honduras
Los problemas sociales y la violencia contra las mujeres se han visto exacerbados por la COVID-19 en Honduras, donde además, hay riesgo de “feminización de la pobreza” si las autoridades no incorporan la perspectiva de género en los planes de reconstrucción del país y atención de la pandemia, según ha alertado ONU Mujeres.
“Evidentemente se ha acentuado la problemática de las mujeres en el ámbito de la violencia” con la llegada de la pandemia a Honduras, donde la emergencia por los daños que dejaron en noviembre las tormentas tropicales Eta e Iota va “afectar muchísimo la pobreza femenina“, cuenta la representante de ONU Mujeres en Tegucigalpa, Margarita Bueso, en declaraciones a Efe.
Limpiar la casa, ocuparse de los niños y hacer las compras, sumado al teletrabajo puede ser una combinación agotadora que expone la desigualdad que sufren las mujeres en el hogar a la hora del reparto de tareas y cuidados en tiempos de la emergencia sanitaria, señala la experta.
Además, a Bueso le “preocupa” la feminización de la pobreza, la violencia contra la mujer y la afectación que puedan sufrir las mujeres y sus familias en el marco de la pandemia.
La violencia aumenta durante la emergencia, dice ONU Mujeres
En la opinión de Bueso, la crisis derivada de la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2 ha incrementado la violencia contra las mujeres amparada en el confinamiento, y ha puesto de manifiesto la necesidad de seguir luchando para prevenir y combatir esta lacra.
Desde 2005 a la fecha, más de 6.000 mujeres han muerto de forma violenta en Honduras, donde representan el 51 % de los 9,3 millones de habitantes, la gran mayoría pobres.
La violencia doméstica es el delito más denunciado en el marco de la pandemia en Honduras, donde el número de denuncias es superior a 50.000, cuenta Bueso.
“Ha habido una elevación muy grande, con el confinamiento, en torno a la violencia contra la mujer”, enfatiza la representante de ONU Mujeres.
Y lamenta que entre 2013 y 2020 sólo quince casos de muertes de mujeres se han tipificado como feminicidios.
“Hay una muerte acumulada de 5.700 mujeres desde 2005, y únicamente quince casos desde el 2013 al 2020 han sido tipificados como feminicidio”, pese a que esta acción se tipificó en 2013 como un delito grave en el Código Penal, subraya.
La impunidad sostiene la violencia machista
La violencia contra las mujeres es la consecuencia de la “alta impunidad” que prevalece en Honduras, donde se asesina a una mujer cada 18 horas y en esas circunstancias han muerto al menos 300 este año.
En Honduras existe una “altísima impunidad, el feminicidio no se investiga debidamente y no llega a las instancias para que sea catalogado, sea juzgado como femicidio y, por lo tanto, los perpetradores sean sancionados debidamente”, explica.
Las mujeres todavía viven en “un entorno patriarcal, se lucha contra esa concepción inadecuada de poder entre hombres y mujeres”, enfatiza la representante de ONU Mujeres.
“El patriarcado señala que el hombre tiene la potestad de ejercer el poder, inclusive en el cuerpo de las mujeres, no lo dice teóricamente, pero sí implícitamente a lo largo de la historia”, añade.
La población todavía tiene que “trabajar muchísimo ese inconsciente para cambiar esos arreglos de género y entender que ese tipo de actitud y concepción de ser hombre es una masculinidad tóxica y mal entendida”, aseveró Bueso.
Las víctimas de violencia tienen “mucha desconfianza” en las instituciones al momento de denunciar, pues sienten que “denuncian, pero no tienen protección y se ven más expuestas” a otras agresiones, agrega.
La educación, clave para acabar con la violencia de género
Para Bueso, la educación de los hombres y de la sociedad en general es “clave”, para eliminar las relaciones de poder basadas en la desigualdad.
“Todavía tenemos un sistema en el cual no se habla de roles de género en la sociedad y de la necesidad de compartir esos roles con la misma equidad e igualdad”, señala.
Destaca la importancia de “clarificar y modificar los roles de género sexistas, que ya son muy antiguos y no corresponden a la realidad, donde el hombre era el jefe, traía los ingresos y la mujer cuidaba de la casa y los hijos”.
También hay que reducir la impunidad en los casos de violencia machista y hacer entender a la institucionalidad que “cualquier tipo de violencia contra la mujer es un delito”.
“No puede llegar una mujer a una posta policial y que el policía le diga: vaya a resolver eso a su casa porque es privado o no le pongan la suficiente atención a la denuncia”, reclama.
Bueso indica que además es importante que el Presupuesto Nacional de Honduras contemple medidas para la prevención de la violencia y la protección de las mujeres, mejorar sus derechos y castigar los delitos que les afectan a ellas.
Asegura que la desigualdad no sólo se expresa en la violencia contra las mujeres, sino en el hecho de que ellas ganen menos que los hombres por el mismo trabajo, o de que su participación política sea reducida en los puestos de poder.