
Fotografía de archivo (19/07/2017) de la actriz Verónica Forqué. EFE/Jero Morales
El cine español pierde a Verónica Forqué, una de las actrices más queridas y premiadas
El fallecimiento hoy, 13 de diciembre, de Verónica Forqué, la actriz cómica por excelencia del cine español, ha convulsionado al mundo de la cultura en España, con múltiples muestras tanto de tristeza como de estupor por el hecho de que la actriz de la sempiterna sonrisa se haya suicidado a los 66 años.
La actriz madrileña, una de las más queridas y premiadas, debutó en el mundo del cine de la mano de su padre, el director y productor José María Forqué, pero forjó una personalidad propia y original junto a directores como Pedro Almodóvar, Fernando Trueba, Luis García Berlanga, Fernando Colomo o Manuel Gómez Pereira, entre otros.
Fue Almodóvar quien le dio la primera gran oportunidad con el papel de Cristal, la vecina prostituta de buen corazón que ayudaba a Carmen Maura en “¿Qué he hecho yo para merecer esto?” (1984), un personaje que marcaría los que vendrían después por esa faceta ingenua y adorable.
La exitosa carrera de Verónica Forqué
Su primer Goya lo ganó de la mano de Fernando Trueba, con quien ya había trabajado en “Sé infiel y no mires con quien” (1985), pero el premio le llega con “El año de las luces” (1986) y esa reprimida directora de un sanatorio que se queda prendada de un adolescente Jorge Sanz en los años de la posguerra.
Fueron sus años de mayor popularidad y éxito. En una sola ceremonia de los Goya ganó dos estatuillas por “La vida alegre” (1987) de Colomo, como esposa de Antonia Resines y experta en enfermedades de transmisión sexual y con “Moros y cristianos” (1987), de Berlanga.
El cuarto Goya la consagró como “chica Almodóvar”, gracias a “Kika” (1993), donde volvía a explotar esa faceta ingenua y cómica. La película, casi premonitoria, contenía una fuerte crítica a los programas de telerrealidad que dieron a Forqué sus últimos días de popularidad.
En la década de los 90 la actriz se anotó éxitos de taquilla junto a Gómez Pereira, como “Salsa rosa” (1991) y “¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?” (1993) pero también algunos fracasos como “¿De qué se ríen las mujeres?” o “El tiempo de la felicidad”, esta última dirigida por su marido Manuel Iborra.
Se casó con él en 1981 y se separaron en 2014. El divorcio y la muerte de su hermano la sumieron en una depresión de la que logró salir a base de terapia y medicación, según contaba ella misma en las entrevistas. Cuando pasó todo llegó a decir que había sido “una mujer sometida sin saberlo”.
“Más feliz y más libre” en el teatro
La televisión y el teatro también fueron fundamentales en su carrera. En la pequeña pantalla participó en “Ramón y Cajal” (1982), “El jardín de Venus” (1983), “Platos rotos” (1988), “Eva y Adán, agencia matrimonial” (1990-1991) y, una de las más populares, “Pepa y Pepe” (1995), junto a Tito Valverde.
En una de sus últimas entrevistas a Efe, Verónica Forqué reconocía que el teatro siempre fue el lugar donde se sintió “más feliz y más libre”.
“Empecé con 19 años. Tener un papá director de cine al que todo el mundo llamaba ‘jefe’ me encantaba, me parecía lo más. Yo quería dedicarme a eso, quería ser como Conchita Velasco”, rememoraba la actriz, hace apenas un mes.
Uno de sus trabajos más importantes sobre las tablas fue su papel de Carmela en la primera representación de la obra de José Sanchís Sinisterra “Ay Carmela” (1986).
Le siguieron “¡Sublime decisión!” (1984), “Bajarse al moro” (1985), “Doña Rosita la soltera” (2004), “La abeja reina” (2009) o “Shirley Valentine” (2011). También llegó a dirigir un montaje de la obra “Adulterios”, de Woody Allen en 2009.
Su último trabajo en el teatro fue “Las cosas que son verdad”, de Andrew Bovell y dirigida por Julián Fuentes, por la que cosechó el premio Max a mejor actriz protagonista.
Verónica Forqué tuvo una remontada de fama en sus últimos días gracias al programa “Masterchef Celebrity”, donde dejó ver una faceta diferente a la que tenía acostumbrado al público, más histriónica, nerviosa y a veces autoritaria.
Tuvo que abandonar a las puertas de la final por un cuadro de estrés y agotamiento. “Hay que ser coherente y, si no puedo más, no puedo más”, explicó ella misma en el programa que terminó de emitirse hace dos semanas.
Conmoción en el cine español
“Shock” es una las palabras más repetidas en redes tras la inesperada muerte de la “dulce” y reverenciada actriz Verónica Forqué, una “triste noticia” que ha revuelto el cuerpo de la sociedad.
Uno de los primeros en publicar su mensaje de despedida ha sido Antonio Banderas, con el que trabajó en “Bajarse al moro” (1987), y en él ha querido homenajear a la artista, “una mujer dulce, espiritual y buena compañera”.
“Adiós, Verónica. Siempre te recordaré así, maravillosa, dulce y en estado de gracia, que siempre fue tu estado natural”, ha escrito la actriz Rossy de Palma junto con una fotografía juntas del rodaje del filme “Kika” (1993), donde también coincidió con Bibiana Fernández, quien ha manifestado su “desolación absoluta y pena”.
Pedro y Agustín Almodóvar también han manifestado su pesar por la muerte de la actriz Verónica Forqué, “una actriz extraordinaria y una persona insustituible”, y han enviado “todo su amor” a la familia de la artista.
“De toda la familia de El Deseo, nos gustaría enviar todo nuestro amor a la familia de Verónica en estos momentos tan dolorosos. El vacío que deja en nuestras vidas y nuestro cine es irrecuperable“, señalan los hermanos Almodóvar en una nota remitida a Efe tras conocerse el trágico suceso.
También la Academia de Cine ha emitido unas palabras en homenaje a este “rostro imprescindible del cine español de las últimas décadas, en cintas como ‘Kika’, ‘Bajarse al moro’ o ‘¿Qué he hecho yo para merecer esto?'”.
Son muchas las figuras de otras disciplinas que no han querido dejar de pronunciarse. “Mi beso al cielo para ti, querida Verónica”, ha publicado el músico Alejandro Sanz, mientras que la escritora Maruja Torres se ha referido a ella como “brillante, extravagante y magnífica actriz”.
En caso de que necesites ayuda:
Los especialistas remarcan que las muertes por suicidio nunca tienen un único detonante, sino que es el resultado de factores psicológicos, biológicos y sociales que tienen tratamiento. Las personas con conductas suicidas y sus allegados pueden recibir ayuda en:
- Las 24 horas del día llamando al 112 o al teléfono de la Esperanza, 717 003 717.
- Programa de prevención, divulgación y formación de la Fundación Española para la Prevención del Suicidio: www.prevensuic.org
- La fundación Anar de ayuda a niños y adolescentes en riesgo: www.anar.org. Teléfono gratuito de ayuda a menores: 900 20 20 10