• Cubierta de la novela gráfica "Temporada de melocotones", de Ángel Abellán con ilustraciones de Alba Flores. Imagen: Andana Editorial

  • Interior de la novela gráfica "Temporada de melocotones", de Ángel Abellán con ilustraciones de Alba Flores. Foto:

“Temporada de melocotones” reivindica el trabajo de las mujeres en la huerta murciana

Eva Batalla | Valencia - 5 mayo, 2021

Partiendo de la experiencia personal del autor Ángel Abellán y a través de las ilustraciones de Alba Flores, la novela gráfica “Temporada de melocotones” retrata tres generaciones de mujeres que trabajan en la huerta murciana y hace una una reivindicación del mundo obrero y de sororidad y denuncia la discriminación sexual en el sector.

La obra, ganadora del III Premio Valencia Novela Gráfica y publicada por la valenciana Andana Editorial, parte de la experiencia que Abellán vivió como peón en una fábrica de conservas de melocotón en su localidad natal, Las Torres de Cotillas (Murcia), para sacarse un dinero en verano mientras finalizaba sus estudios de Ciencia y Tecnología de los Alimentos, y es también la de muchas de las mujeres con las que convivió en ese tiempo.

Mano de obra femenina en la huerta murciana

Abellán señala, en una conversación con Efe, que el clima femenino de la novela es imprescindible para retratar la vida en estas fábricas, en las que las mujeres son la principal mano de obra, mientras que los hombres están en los puestos de mando “dando gritos e improperios para que corriesen más” con un machismo evidente, recuerda de su vivencia.

Un retrato casi “atemporal”, lamenta, “ya que parece que ese mundo poco ha cambiado”.

El escritor presentó la sinopsis de la historia a la ilustradora Alba Flores, con quien ya había hecho un trabajo anterior, un cómic sobre la Guerra Civil a partir de la historia de su abuelo paterno titulado “Si pudieras cambiar el flujo”, que ganó el premio Creamurcia 2018.

Alba se puso manos a la obra con los primeros bocetos, para los que contactó con una amiga que había estado trabajando también en una de estas fábricas, con jornadas de 12 y 14 horas, en un ambiente asfixiante por las altas temperaturas y el vapor que impregna todo su interior.

La ilustradora relata a Efe que utilizó los grises para recrear esta atmósfera agobiante y el marrón para plasmar la tierra y la huerta murcianas, mientras que el color, con tonos anaranjados, los aportan los melocotones. Para las protagonistas, de tres generaciones diferentes, ha utilizado trazos y tonos más cálidos y con más luz.

Una generación sin salidas laborales

Alba y Ángel, de 30 y 33 años, respectivamente, han puesto también algo de sí mismos en la protagonista más joven, Juli, en cuyo personaje han querido plasmar las frustraciones de su generación, la de los años 80 del pasado siglo, a la que se dijo que los estudios universitarios iban a ser su garantía de un futuro mejor y tuvieron el primer baño de realidad con la crisis económica de 2008.

Una situación de “desorientación, desilusión y depresión”, lamentan los autores, que sufren también las generaciones más jóvenes actuales, agravada ahora por la pandemia de la COVID-19.

“No ha cambiado nada, los más jóvenes están viviendo lo mismo y esto quiere decir que tenemos un problema grave, y el mayor será salir de esta situación con la cabeza sana”, advierte Abellán.

“Temporada de melocotones”, Premio Valencia de Novela Gráfica 2021

El Premio Valencia de Novela Gráfica, con el que ha sido galardonado el cómic, ha servido a ambos autores de estímulo para su vocación hacia el cómic, que en el caso de Ángel Abellán compagina con sus estudios de doctorado en el CEBAS-CSIC, y prepara ya dos nuevas publicaciones.

Alba Flores realiza trabajos de ilustración por encargo a la vez que trabaja de fotógrafa, pero cree que este reconocimiento le podrá servir para abrirle más puertas en el mundo de la ilustración, y aprovechar el “buen momento” que vive este género artístico.

Ambos preparan ya otro trabajo juntos de ficción, también con perspectiva social, esta vez ambientado en el entorno rural.

“El cómic no debe entenderse solo como un entretenimiento sino servir de denuncia social”, reivindica Flores.