Pauline Delabroy-Allard

Portada de "La hija", segunda novela de Pauline Delabroy-Allard. Lumen

Pauline Delabroy-Allard retrata el abismo de la identidad en “La hija”

Pilar Martín | Madrid - 14 junio, 2023

“La hija”, un relato que aborda la identidad, sus abismos y sus luces, se une ahora al éxito aclamado por la crítica internacional de la autora francesa Pauline Delabroy-Allard en 2019 con su debut literario, “Voy a hablar de Sarah”.

“Yo no soy filósofa, pero me planteo preguntas filosóficas, de manera quizá más prosaica, cositas de la vida. Intento mostrar cómo en nuestra vida cotidiana podemos hacernos grandes preguntas”, con estas palabras explica a EFE Delabroy-Allard la atmósfera que sustenta esta historia (Lumen) en la que vuelve a usar la figura del “narrador poco fiable” y donde vuelve a “desgarrarse”.

“La narradora coincide un poco con la autora en el sentido que hay cosas de mi auténtica vida, como cuando descubre que tiene 3 nombres, que son los míos personales. Pero por supuesto que la narradora del libro va mucho más allá de la autora, es decir, que le pasan cosas que nunca me han sucedido y tiene comportamientos que no son míos”, dice la francesa.

Una técnica que le “divierte” y con la que “aprende” a observar y construir historias que le requieren “alejarse del mundo” para escribirlas porque son, confiesa, “momentos muy dolorosos” que subsana con su otra faceta, la de poeta infantil.

“En las novelas es como si tuviera que transmitir la dureza de la realidad“, matiza la escritora (1988), quien con 30 años mandó el manuscrito de su primer libro a muchas editoriales, pero fue “Minuit”, la mítica editorial de Marguerite Duras (con la que se compara a la autora), quien la adquirió y la lanzó a lo más alto de las letras francesas.

“La hija”, un homenaje a la historia mujeres

En concreto “La hija” es la historia de una joven embarazada que al ir a hacerse su carnet de identidad se cuestiona el origen de sus tres nombres, sus “raíces”: Jeanne, Jérôme e Ysé (los mismos que tiene también la autora). Tres nombres que se convierten en el motivo de las tres preguntas que marcan la trama de la novela: qué puedo saber – qué debo hacer – qué puedo esperar.

“Siempre me guía una gran pregunta, si para ‘Voy a hablar de Sarah’ fue si podemos sobrevivir a la pasión, para ‘La hija’ son preguntas existenciales que vienen del pensamiento de Kant”, reconoce esta madre de dos hijos que sostiene a uno de ellos mientras contesta a esta entrevista.

Una mujer “cada vez más feminista” que se ha dado cuenta de que la historia de las mujeres es la “historia con mayúscula”, por eso en “La hija” hace un homenaje a esas mujeres que por hacer la foto nunca salían en ella.

“Por ejemplo, en mi familia ha sido difícil conocer su estirpe de mujeres, sé que he tenido una abuela y una bisabuela, pero no salen en las fotos. No me han contado sus historias”, critica acerca de este hecho que intenta reparar en su segunda novela.

Pauline Delabroy-Allard hacia su tercera novela

Con un final explosivo donde Delabroy-Allard hace uso del lenguaje teatral, la novela despliega “fuegos artificiales” porque “La hija”, advierte, no es “nada trágica”, sino que es una historia donde su protagonista hace “explotar sus múltiples identidades para encontrar su propia identidad y empezar de nuevo”.

Lo cree así porque, destaca, la vida, “al final”, es “teatro”.

Con una tercera novela ya empezada que será “más divertida y menos profunda”, Pauline Delabroy-Allard reconoce que cada vez que entra de lleno en una nueva historia tiene que “negociar” con su vida íntima como madre, “porque no es fácil”.