
Imagen de archivo de una mujer embarazada.
La obesidad en las mujeres podría comprometer su fertilidad en fecundación in vitro, según un estudio
La obesidad en las mujeres tienen un peor factor de fertilidad en fecundación in vitro, mientras que la obesidad en los hombres no tiene repercusión en este proceso.
Estas son las principales conclusiones del estudio elaborado por Grupo Eugin y presentado en el 39º Congreso Anual de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología, que se ha celebrado en Copenhagen (Dinamarca).
El embriólogo del Grupo Eugin Andreu Quintana ha presentado los hallazgos de una investigación en la que han analizado más de 10.500 embriones de 1.400 parejas que se sometieron a tratamientos de fecundación in vitro utilizando óvulos de donante para establecer el efecto del IMC (Índice de Masa Corporal) paterno en el desarrollo del embrión.
Los resultados indican que los embriones generados utilizando espermatozoides de hombres con un IMC superior a 25 (obesos según la Organización Mundial de la Salud) tardan más tiempo en someterse a las divisiones iniciales, pero posteriormente se desarrollan de manera normal.
A pesar de estas diferencias observadas durante el desarrollo temprano, no parece haber ningún efecto en los resultados reproductivos, por lo que los hombres con un IMC más alto (tanto preobesos como obesos) que se someten a tratamientos de fecundación in vitro utilizando óvulos de donantes, tienen las mismas posibilidades de éxito que aquellos con un IMC normal, contrariamente a lo que ocurre con las mujeres.
En el caso femenino, contar con un IMC por encima o por debajo del rango saludable sí que es un factor que compromete el éxito reproductivo y, por tanto, debe ser revisado antes de iniciar un tratamiento de reproducción asistida, según el embriólogo.
Vitrificación de óvulos
Otro estudio presentado por Eugin también en el ESHRE ha concluido que las mujeres de hasta 39 años que utilizan sus óvulos congelados en fecundación in vitro obtienen los mismos resultados reproductivos que las que usan ovocitos frescos.
Aunque los médicos recomiendan hacer la vitrificación de óvulos alrededor de los 30 años, todavía es habitual preservar la fertilidad por encima de esa edad, y según datos de Eugin, con más de 12 años de experiencia en esta técnica, actualmente las mujeres lo hacen de media con 36 años.
Para hacer este estudio han comparado los resultados de una muestra de 1.268 mujeres que se sometieron a fecundación in vitro, con ovocitos frescos u ovocitos que habían vitrificado años antes, y han concluido que utilizar óvulos vitrificados en estos tratamientos no comprometió las tasas de embarazo ni de nacimientos hasta los 39 años.
“Estos resultados son tranquilizadores para las mujeres que se someten a preservación de la fertilidad a edades más avanzadas. No obstante, el éxito de este tratamiento disminuye si la congelación de óvulos se ha producido con 40 años o más”, ha advertido Marc Torra-Massana, investigador del grupo Eugin.
La técnica de la vitrificación ovocitaria se utiliza para preservar la fertilidad de la mujer, es decir, se congelan sus óvulos para que cuando en el futuro la mujer los utilice, tenga la misma probabilidad de embarazo que en el momento en que los vitrificó.
Por ejemplo, una mujer podría vitrificar sus óvulos con 29 años y utilizarlos con 38, conservando la probabilidad de embarazo del momento de la vitrificación.
El procedimiento está enfocado a mujeres menores de 35 años porque, a partir de esa edad, la calidad ovocitaria disminuye.