
La diseñadora ucraniana Katrine Lanhe lleva casi dos décadas viviendo en España, donde ha establecido su firma KM by Lange, prendas con etiqueta sostenible que confecciona en talleres de Barcelona y Ucrania . EFE/Daniel González
La diseñadora ucraniana Katrine Lanhe trabaja, desde España, con talleres en su país
Un año después de la invasión rusa a Ucrania, la diseñadora ucraniana Katrine Lanhe continúa, a pesar de la difícil situación geopolítica, trabajando desde España con talleres artesanos de su país, donde confecciona prendas con etiqueta sostenible. “Es una cuestión de humanidad y de apoyar económicamente a personas que están sufriendo la guerra”, declara.
“Es mi única herramienta para luchar contra la guerra”, agrega Lahne, quien en una entrevista a EFE, reconoce sentirse culpable por no encontrarse en su país, pero asegura que lucha con las herramientas que tiene en su mano para paliar en lo posible la situación.
Lanhe lleva casi dos décadas viviendo en España, donde ha establecido su firma KM by Lange, de prendas con etiqueta sostenible que confecciona en talleres de Barcelona y Ucrania.
“Mientras pueda, seguiré contando con los talleres de mi país”, declara Lahne mientras exhibe sus diseños en el espacio Allianz Ego, situado en el Cibelespacio, la antesala a los desfiles de la pasarela madrileña.
La diseñadora apuesta por una moda ética en una confección en la que colabora con talleres de Ucrania compuestos por mujeres de más de 60 años y en los que aun realiza un 85 por ciento de su producción , “un compromiso al que no voy a renunciar mientras pueda”, subraya.
Una firma feminista y comprometida
Esta es su manera de reflejar su apoyo a mujeres en riesgo de exclusión, apartadas del mundo laboral por su edad, “una manera de ejercer el feminismo” y de seguir conectando con sus raíces. “Es una cuestión de humanidad y de apoyar económicamente a personas que están sufriendo la guerra”, agrega.
Su propuesta son vestidos, chaquetas y faldas básicas confeccionadas con tejidos sostenibles como la fibra de cáñamo, mohair, tops de rafia, crochet y algodones y lana orgánica. Además, en todas las prendas incluye una etiqueta de trazabilidad.
En este línea, la firma también lanza colecciones cápsula “upcycling” y vintage con las que ofrece una segunda vida a las prendas, un modelo de negocio con el que quiere mantener un trato cercano con el consumidor.
“Mi madre me inculcó la creatividad en el diseño. Cuando era niña estábamos bajo la influencia soviética, no había tiendas de ningún tipo y la mujeres debían agudizar el ingenio para crear sus propia ropa y accesorios”, comenta esta mujer que no deja de pensar en su familia atrapada por la guerra.
Apoyo a la comunidad ucraniana
“No pueden salir. Mi abuela tiene 95 años y mi madre cuida de ella”, comenta la diseñadora con tristeza y con la esperanza de poder realizar el viaje que tiene planeado en abril a su ciudad, Vínnitsa, a 300 kilómetros de Kiev.
Lanhe ha promovido algunas acciones solidarias como la venta de camisetas cuyos beneficios destina a una organización ucraniana de apoyo a las niñas y los niños, y a mujeres.
“Vivir en otro país en una situación como guerra te hace sentir culpable, y lucho con las herramientas que tengo en mi mano para paliar en lo posible la situación”, indica.
La diseñadora ucraniana Lanhe se licenció en Derecho en su país, donde solicitó un beca que la llevó hasta Madrid. Allí estuvo ejerciendo la abogacía durante unos años, hasta que decidió trasladarse a Barcelona y seguir su intuición: dedicarse al mundo de la moda, donde comenzó trabajando para empresas como Inditex o Desigual.