SEK STEM

Estudiantes de la Institución Educativa SEK, cedidas por la misma.

Raquel, alumna de STEM: "Cuando me dicen que no puedo, me gusta ir y conseguirlo"

Blanca García Álvarez | Madrid - 8 octubre, 2021

“Cuando me dicen que no puedo o que va a ser muy complicado, me gusta ir y conseguirlo. Esa es mi motivación para mantenerme en el mundo STEM”, subraya Raquel Picazo, una alumna brillante de tercero de Educación Secundaria del Colegio Internacional SEK-Ciudalcampo.

Esta madrileña de 15 años es un claro ejemplo de la fuerza con la que llegan las nuevas vocaciones femeninas al mundo de las carreras de Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM por sus siglas en inglés).

“Me gustaría inspirar a más chicas para que se metan en este mundo, es una manera de llegar a ese futuro que todos tenemos pero que no vemos posible”, explica a Efeminista.

Ahora, en sus dos últimos años de Secundaria se enfrenta a la recta final del proyecto por el que ha trabajado toda su vida: poder ser unas de las participantes de la iniciativa que une a la Institución Educativa SEK y a la NASA.

No es la única propuesta del SEK con los físicos y astronautas estadounidenses.

Elvira Chiquero, responsable pedagógica de aprendizaje del Programa de Años Intermedios (de sexto de Primaria a cuarto de Secundaria) de SEK El Castillo, explica que su centro participa en un laboratorio de propulsión de estructuras aeroespaciales junto a otro grupo de estudiantes de Estados Unidos.

La NASA, explica, “establece cuál es el reto o qué quieren conseguir” y los alumnos, en grupos mixtos, aplican sus conocimientos de física y materiales para resolverlo.

Aula Inteligente y abierta

Chiquero, neurobióloga y profesora en la Institución SEK desde hace dieciséis años, remarca la importancia que tiene el paradigma del “Aula Inteligente” en este tipo de proyectos para desarrollar las vocaciones STEM. Para la científica, esta idea creada por Felipe Segovia, fundador de SEK, supone “llevar los conocimientos más allá de lo meramente teórico” para hacer de ellos “algo más manipulativo”. En el día a día del aula, esto supone que los alumnos tienen que ser capaces de “tener su propia iniciativa y poder integrar elementos”.

Así, en vez de estudiar los procesos y las partes de la célula desde el libro, sus alumnos deben realizar una maqueta con los materiales que consideren o crear una aplicación para poder ver este modelo celular en tres dimensiones. “Existe la necesidad de contextualizar el aprendizaje. Es fundamental para que ellos lo integren y lo entiendan”, subraya Chiquero a Efeminista.

Ciencia y emprendimiento

“También estamos muy abiertos a que tengan cualquier tipo de oportunidad para contextualizar esto que aprenden en una situación real”, asegura la profesora.

Por ello, han pasado por sus aulas personas de referencia en diferentes empresas o instituciones, desde el Cuerpo Nacional de Policía o progenitores del alumnado que han hecho carreras relacionadas con la tecnología, la ciencia o la ingeniería.

Además, existe un elemento de emprendimiento constante porque “tienen que poner en valor su proyecto” y los alumnos “están muy acostumbrados” a exponer sus ideas porque “desde primaria es una de las rutinas básicas”, según Chiquero.

A Raquel, la alumna de tercero de Secundaria, es esta conjunción de Ciencia y Emprendimiento lo que más le interesa para su futuro: “quiero entrar en Administración y Dirección de Empresas con Marketing y luego hacer un máster en Ingeniería porque son cosas que me llaman un montón. A mi siempre me ha llamado la negociación y las empresas así que siempre he querido acabar montando mi propia empresa o formar parte de una empresa bastante grande”.

Familias y profesores como referentes

Además, con esta colaboración los profesionales que visitan el aula y los propios profesores terminan sirviendo de referentes para los jóvenes. Este curso, una de las antiguas alumnas de Chiquero, Claudia Huang, comienza a estudiar en Estados Unidos Neurociencia, la misma carrera que un día le descubrió su profesora en clase.

“Estas cosas son las que realmente valen la pena”, explica la coordinadora.

Y es que para Chiquero las ciencias son realmente “una cuestión de confianza” y ve su trabajo en SEK como herramienta para impulsar a sus alumnos hacia carreras STEM. “Verlos de repente cómo les brilla la cara al empezar a entender y empiezan a confiar” en que pueden ser lo que ellos quieran, “realmente eso es lo que te llena de orgullo. Sentir que tú has podido intervenir aunque sea muy poquito supone la felicidad máxima”, concluye la profesora.



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