
Raquel Orantes, hija de Ana Orantes, con una fotografía de su madre en sus manos en su casa de Guadalix (Granada). EFE/Miguel Ángel Molina
Feministas homenajean a Ana Orantes en Granada 25 años después de su asesinato
El movimiento feminista de Granada ha programado para hoy 17 de diciembre un acto de homenaje a Ana Orantes, coincidiendo con el 25 aniversario del asesinato machista de esta vecina de Cúllar Vega (Granada), que fue el detonante para la reforma del Código Penal en materia de violencia de género.
Según ha informado la Plataforma 8 de marzo y 25 de noviembre contra la violencia de género, el acto de homenaje, que contará con música, poesía y una ‘performance’, se celebrará el próximo sábado, al mediodía, en el salón de actos del sindicato CCOO.
“Fue cruelmente asesinada y supuso un salto cualitativo en la percepción de la violencia machista de toda la sociedad”, han indicado las organizadoras, que también recordarán a todas las víctimas de violencia de género.
Para esa misma jornada, los ayuntamientos de Granada y Cúllar Vega homenajearán igualmente a Orantes con otro acto dedicado a resaltar su valentía y a dar visibilidad a las víctimas de la violencia machista, que contará en el Palacio de Congresos de la capital granadina con la cantante Rozalén y el grupo de teatro Oniria Artes Escénicas.
Ana Orantes, referente de la lucha contra la violencia machista
Orantes denunció, en un programa de la televisión pública andaluza, las palizas y humillaciones que recibió durante cuarenta años por su exmarido, que trece días después de ofrecer ese testimonio, el 17 de diciembre de 1997, la mató quemándola viva en la casa de Cúllar Vega (Granada) que, por decisión de un juez de paz, compartían tras separarse. Tenía entonces 60 años.
Orantes se casó a los 19 con el padre de sus 11 hijos (tres de ellos murieron), y fue a los tres meses de casada cuando recibió la primera paliza: “Creí que me había roto la cara de la que me dio”, relató en televisión.
Su estremecedor testimonio, que hizo público cuando se divorció y logró superar sus miedos, cobró especial valor y relevancia en una época en la que el maltrato solía quedar en la esfera privada y en la que las leyes no prestaban protección a las víctimas.
Hoy, 25 años después, calles con su nombre repartidas por España, una Escuela de Formación en Igualdad y otras iniciativas educativas vinculadas a su historia para reivindicar los derechos de la mujer reconocen a Ana Orantes por su valentía y la ayuda que, con su testimonio, brindó a otras víctimas.