Almagro

Integrantes de la Compañía Producciones 099 durante la representación de "Francisca", de Borja Rodríguez y dirigida por Fredeswinda Gijón, con motivo de la 44 edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, en el Teatro Municipal. EFE/Jesús Monroy

Llega a Almagro “Francisca”, un grito contra la violencia de género

EFE Ciudad Real - 15 julio, 2021

Francisca Pedraza fue, en el año 1600, la primera mujer que logró conseguir la separación tras años de maltrato por parte de su marido, ahora “Francisca” llega al Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro para denunciar la violencia de género, como altavoz para las mujeres maltratadas a lo largo de la Historia.

La compañía castellano-manchega, Producciones 099, lleva al espectador, con este estreno absoluto en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro y dirigido por Fredeswinda Gijón, a introducirse en la piel de las protagonistas en una obra donde el relato de Francisca de Pedraza se une al testimonio de muchas otras mujeres víctimas de violencia de género en una combinación del curso de los acontecimientos con una pantalla proyectada sobre el escenario que pone voz a ellas, a la experiencia, en una manifestación a la libertad.

“Francisca”: una demanda de separación en el siglo XVII

Sobre el escenario, una puesta en escena sencilla a cargo de Nadia Torrijos: un vestuario discreto, propio de la época, y un decorado simple: apenas una mesa, un libro, y en alguna ocasión un par de sillas y dos almohadillas de encaje de bolillo; que reflejan un detalle mínimo, un complemento superfluo de la obra que deja importancia al elemento fundamental: la denuncia, la naturalidad y las voces de auxilio, elementos que alternan la trama con las cuerdas de una guitarra que entona Silvia Nogales.

La historia de “Francisca” lleva los hechos a una localidad manchega en pleno siglo XVII donde una joven vividora, curiosa e inocente se ve dentro del matrimonio de forma obligada, rápida y siendo aún una niña que acaba en manos de Jerónimo, interpretado por Manuel Moya, un hombre con el perfil íntegro de maltratador que con el paso de los años la lleva a un infierno de palizas, violaciones y maltrato emocional en el que, Francisca de Pedraza, encarnada por Carolina Lapausa, lucha incansablemente por salir y hacer justicia hasta conseguir, tras muchos intentos, una demanda de separación y una orden de alejamiento.

A Francisca le dicen sus allegados “más vivir y menos soñar”, pero Francisca se ve obligada a convertir sus sueños en un refugio mental y emocional donde transforma su realidad en mar, olas y vida a través de la imaginación para crear una vía de escape que la aleje del dolor y los golpes.

Con esta obra se presencia ante los ojos un texto desgarrador y conmovedor que crea sobre el público una línea de consciencia para una injusticia que cuatro siglos después sigue ocurriendo en una sociedad presuntamente avanzada en valores y libertades, y con la que la “Francisca” de Fredeswinda Gijón quiere homenajear a todas las mujeres víctimas de la violencia de género en España, cuyos nombres quedan reflejados sobre una pantalla al final de una obra que emociona al público y lo levanta de sus asientos invadiendo el Teatro Municipal de la localidad de aplausos que suenan a que la lucha para acabar con la violencia de género, debe continuar.



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