
La escritora Elvira Lindo, en una imagen de archivo. EFE/ Cati Cladera
Elvira Lindo debuta como directora con una historia de amor intergeneracional entre mujeres
La cineasta argentina Daniela Fejerman y la escritora gaditana Elvira Lindo aúnan fuerzas en el debut como directora de esta última, Alguien que cuide de mí, una historia sobre sentimientos universales como las envidias, los celos, los rencores o el temor a envejecer que narra, a través de tres generaciones de actrices, los cambios sociales que ha vivido España.
Lindo, que pasa el mes de mayo en Navarra grabando la cinta, debuta con esta película en la dirección, un reto que ha aceptado porque solo tiene “una vida y si en esta vida podía dirigir una película” iba a aprovechar la oportunidad, según ha contado a Efe. “Si tienes el dinero (de Tornasol, la productora), la buena relación que tengo yo con Daniela y una buena historia, era el momento”.
En un descanso del rodaje para comer, en la calle y a 34 grados, admite que si se ha lanzado es porque se lo propuso Fejerman, aunque también reconoce que pesó en su decisión que es “una historia cercana, de cosas que siento y he vivido” y de las que había escrito un relato que pensó podía saltar a un guión en el que “aportar cosas argumentalmente de cierta sensibilidad y choque generacional”.
Una película intergeneracional
La película cuenta las complejas relaciones familiares entre una abuela, una madre y una hija “con sus secretos, sus malentendidos y sus asuntos pendientes”. Cuenta Lindo que, para escribirla, basó el texto “en mucha gente” que ha conocido, aunque también hubo un acuerdo entre las codirectoras para contar cómo ea las mujeres de los años ochenta, “tan vivaces, tan activas, tan abiertas, tan procaces y atrevidas, les había afectado esa vida”.
La recién estrenada directora de cine dice que se siente “como en una inmersión debajo del agua”. “Casi no puedes respirar otro elemento que la propia película. No hago otra cosa, no leo, casi no me informo de nada y no hago otra cosa que pensar en los personajes; cuando salga de esto será como si hubiera salido de un planeta diferente al que yo vivo”.
Son más los personajes pero tres las mujeres protagonistas, todas ellas del mundo de la interpretación, comenta Fejerman, que describe a una gran dama de la escena y el teatro, interpretada por Magüi Mira, y a su hija, Emma Suárez, que vivió intensamente los 80 y se convirtió un poco en la oveja negra de la familia porque no siguió la interpretación seria, sino que se dedicó al cabaret.
A ellas se suma Aura Garrido, la nieta que ha retomado la tradición familiar y que se siente más cerca de su abuela que de su madre.
Una historia que Lindo le propuso a Fejerman, y que a ella, subraya la directora, le gustó porque habla de “estas mujeres que luego han tenido una vida un poco opacada y silenciada”. Además, apunta, le “apasionaba” la idea de trabajar con Elvira.
“De hecho fue en el proceso de escritura del guión que vi que ya estaba dentro de la historia”, explica Fejerman, una sensación que Elvira Lindo complementa al señalar que a ambas les interesaba “el choque generacional” entre las mujeres. Además, inciden, las actrices y actores llevan “los sentimientos humanos a una máxima potencia”, lo que usan “para contar una historia que afecta a todo el mundo”.
Y es que, a juicio de Fejerman, “los sentimientos están a flor de piel y es todo un poco hiperbólico en esta familia”. Las situaciones que viven están acompañadas por varios números musicales y “tres personajes masculinos preciosos”: Víctor Clavijo, que interpreta a un actor; Francesc Garrido, un director de escena, y Pedro Mari Sánchez, un trabajador de revista musical.