
Cinthia Marcelle, posa en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA) que ha presentado este miércoles la primera exposición monográfica dedicada en Europa a la artista brasileña que incluye algunos de sus trabajos realizados desde 1999 hasta la actualidad. EFE/Andreu Dalmau
Una exposición de la brasileña Cinthia Marcelle, por primera vez en España
La artista brasileña Cinthia Marcelle, que presenta una amplia retrospectiva de su obra en el MACBA, en su primera exposición en Europa, considera que “ni el arte ni el artista están por encima de nadie”, una idea que atraviesa toda su creación.
Conocida internacionalmente por sus evocativas instalaciones específicas para lugares como Nueva York, Porto Alegre, Sharjah y Viena, Marcelle repite “gestos similares a escalas radicalmente distintas”, tal y como destaca la comisaria Isobel Whitelegg.
Los materiales cambian de forma a medida que se integran en las sucesivas instalaciones, fotografías y películas, y los motivos, aunque recurrentes, se presentan en configuraciones diversas. Las series de Marcelle no comienzan y acaban, sino que se desvanecen y emergen.
“Una conjunción de factores”
Bajo el título “Una conjunción de factores”, la exposición del MACBA, que estará abierta al público desde el 15 de julio al 8 de enero de 2023, incluye obras realizadas desde 1999 hasta la actualidad y combina piezas fílmicas y fotográficas con instalaciones a gran escala y sutiles intervenciones espaciales.
Según la comisaria, en la obra de la artista brasileña domina “una poética de la acumulación, la multiplicación y la repetición, así como las puestas en escena ambientales, junto con materiales y colores que evocan lugares y contextos específicos”.
La exposición se abre con “Já visto”, una intervención en el atrio del MACBA que invita a los visitantes a seguir la lógica asociativa y polifacética que vertebra la obra de Marcelle: Una columna de monedas en el interior de un cristal, del que sobresale por la parte superior, descansa sobre un estante a la izquierda del acceso a las salas de la planta baja del museo.
A la derecha, estos mismos elementos parecen repetirse, aunque están sutilmente reconfigurados, y reaparecen de nuevo cuando los visitantes entran en la exposición, donde un pasillo les invita a elegir entre dos itinerarios.
Cada uno de estos dos pasillos conduce a una de las dos mitades en que se divide la instalación “A família em desordem”, la obra central de la exposición, diseñada en colaboración con Váo, un estudio de arquitectura de Sao Paulo.
Los visitantes que giran a la derecha se encuentran en un callejón sin salida: una sala con una moqueta negra dividida por una barricada construida con los materiales que utiliza Marcelle, perfectamente alineados y apilados; y si giran a la izquierda van a parar a una gran sala abierta que contiene una instalación distinta, realizada con esos materiales.
La vuelta al caos
“Se trata de dar protagonismo al visitante”, apunta Marcelle, que cada vez que comienza un proyecto se enfrenta al caos: “En su concreción se aplica un cierto orden, pero cuando el espectador contempla la obra con sus diferentes interpretaciones representa la vuelta del caos”.
Como si de un laberinto se tratara, el público contempla seguidamente una serie de cinco pequeños espacios, en tres de los cuales se proyectan la trilogía de películas filmadas a vista de pájaro sobre la tierra roja del estado brasileño de Minas Gerais: “Fonte 193” -un camión de bomberos trazando un círculo perfecto mientras lanza agua al centro-, “475 Volver” -una excavadora dibujando en el suelo el signo del infinito- y “Cruzada” -cuatro grupos de cuatro músicos que acaban confluyendo en un cruce-.
En una sala separada, a la que se accede desde el atrio del museo, puede verse “Capa morada”, una obra realizada por Marcelle con Jean Meeran durante la residencia de la brasileña en Ciudad del Cabo, una estancia que resultó crucial para su sentido identitario y su desarrollo artístico.
“No Ar/On Air”, última instalación de la exposición, está configurada como una emisora de radio y un escenario, preparado para albergar la reescenificación colectiva de dos obras, una de ellas “Sortilégio” (1951), del académico, poeta, activista y dramaturgo brasileño Abdias do Nascimento, fundador del Teatro Experimental do Negro en 1944.
En la segunda, “Une tempête” (1969), del escritor y político francomartiniqués Aimé Césaire, se subvierte el argumento de “La tempestad” de Shakespeare y presenta a Próspero como un colonizador y traficante de esclavos blancos.