Cataluña sumisión química

Imagen de archivo. EFE/Toni Albir

Cataluña introduce tecnología avanzada para detectar sumisión química

EFE | Barcelona - 10 agosto, 2023

El Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Cataluña (IMLFC) incorpora unos equipos que permiten identificar en sangre y orina drogas nuevas o activas a muy baja concentración, lo que resulta clave para investigar casos de sumisión química que ahora pueden pasar desapercibidos.

De acuerdo con la información proporcionada por el Departamento de Justicia, estos equipos de última generación y que cuestan 1,8 millones euros por seis años en régimen de alquiler, suponen una mejora en la calidad de los estudios bioquímicos, biológicos y toxicológicos que llevan a cabo los forenses por encargo judicial.

En concreto, permitirán detectar y cuantificar con mayor fiabilidad drogas nuevas o emergentes que son activas a muy baja concentración, lo que facilitará la resolución de causas judiciales sobre delitos relacionados con el uso de sustancias tóxicas complejas.

Detección de agresiones sexuales por sumisión química

Ello supone un paso adelante en las investigaciones sobre accidentes de tráfico provocados por conductores drogados u otras muertes causadas por el consumo de sustancias psicotrópicas, pero, especialmente, en los casos de agresiones sexuales por sumisión química, que a menudo quedan impunes por la falta de análisis forenses o la dificultad de identificar las sustancias tóxicas utilizadas.

Y es que, según explica a EFE la doctora Geli Gallego, responsable del Servicio de Laboratorio Forense del IMLCFC, en los últimos años ha habido una “evolución” en el consumo de drogas de abuso: si hasta ahora las más habituales eran el alcohol, la cocaína, la heroína o las anfetaminas, en los últimos años han aparecido otras sustancias, conocidas como “emergentes” o “psicoactivas”.

Ese tipo de drogas se basan en sustancias que ya existían o que se sintetizan mediante modificaciones químicas, como los derivados del fentanilo o las anfetaminas, que según la doctora “son activos a concentraciones tan bajas que la cantidad presente en una muestra de sangre, por ejemplo, puede pasar desapercibida”.

“Tenemos noticia constantemente de la aparición de nuevas drogas en el mercado, se parecen a las anteriores pero son más potentes, así que son activas en concentraciones muy bajas. Conocerlas y detectarlas es un reto para los laboratorios de toxicología forense”, añade la experta.

Equipos de última generación

Otra de las capacidades de los nuevos equipos es que permiten detectar diferentes sustancias, a baja concentración, en los casos de personas que han consumido varias drogas, lo que provoca una “acción sinérgica con una afectación global en el organismo”, precisa Geli Gallardo.

Los nuevos equipos son cuatro aparatos cromatógrafos de elevado nivel tecnológico y alta resolución que se basan en las técnicas de toxicología forense para la detección de alcohol, drogas de abuso y psicofármacos, entre otros.

Tres de ellos son similares a los aparatos de que ya dispone el IMLFC, pero más modernos y con capacidad para detectar más sustancias y más rápido, mientras que el cuarto es un equipo de alta resolución que incorpora la tecnología actualmente más avanzada en toxicología forense, que permite rastrear tóxicos a muy baja concentración.

El IMLCFC, que recibe peticiones de informes forenses de juzgados de toda Cataluña, llevó a cabo a lo largo del año pasado 6.055 analíticas, lo que supone un aumento del 70,2 % respecto a los casos atendidos en 2010.